lunes, 6 de octubre de 2008

EL BANCARIO DE LA CAIXA.-Cuarta Parte

... Ayer, por primera vez desde hace un mes, mi bancario vino a verme. Yo tampoco estuve para decir muchas cosas y pronto mi bancario se marchó.

La Dientes, que es muy astuta, nada más marcharse me dijo una frase que me sepultó.-ESTE BENDITO HA VENIDO PORQUE ESTA ACOJONAO.

..-¿Acojonado Por que? .-Hice a entender a la Dientes, levantando el único hombro que me quedaba sano.

-Parece que se te jodieron más cosas con el accidente..-Se limitó a contestar y tambien se marchó casi justo detras de mi bancario.

... Despues de ochocientos ingresos monetarios innecesarios, trescientas perdidas de tarjetas, ochocientos reintegros innecesarios, trescientas veces encontrada la tarjeta perdida, transferencias entre mis cuentas, entre la de la dientes y la mía, olvidos de tarjetas en el cajero, etc, etc, etc, me dí cuenta de una cosa, y es que mi bancario nunca se iba a fijar en mi mientras yo fuera por un movimiento monetario, y más cuando todas estas operaciones sucedieron en un mes. Por supuesto que yo jamás me propasé lo más minimo. Si hubiera sido yo quien se propasara, la historia no tendría interés para mi y hubiera sido una historia más. NO, es mi bancario el que debe enamorarse de mí y es mi bancario el que debe pedirme en matrimonio. Así que despues de tantas operaciónes, he decidido una cosa, y es perseguirle para averiguar en donde vive. Así siempre será mas fácil saludarle por su barrio fingiendo que yo tambien vivo allí. Además, el director de la sucursal, un señor muy muy amable, me amenazó con avisar a la policia para que me echaran a patadas, así como cancelar mi cuenta si volvía a tener un nuevo incidente ese mes. Digo que fue muy amable porque esta advertencia me la hizo el día 31 del mes en cuestión.

Así que le pedí a la dientes que montara guardia conmigo para ver a que hora salia mi bancario de la caixa, de la caixa. Yo pensaba que los bancarios y banqueros eran como los actores de teatro, que tienen una puerta de atras. Pero no, mi bancario era tan humilde que salió por la puerta principal como todo el mundo.

La Dientes no hacia mas que jurarse en arameo y los idiomas que no conocia que coños hacía ella allí, que porque me tenía que hacer caso, pero es que la dientes a diferencia de mí no tiene amigos ni quien con ella quiera salir, así que lo tenía clarisimo, o venía conmigo o se quedaba sola, y yo tambien se lo recordé. A la dientes de vez en cuando alguien tiene que ponerle un poco de cordura en su vida, y siempre tengo que ser yo quien lo haga.

No se si fue de la emoción de verme, y quizás por eso se puso tan nervioso, porque en cuanto salió por la puerta y me vió, se puso a correr. La Dientes dijo algo así como.- Te tiene miedo. Pero yo sabía que mi bancario no corria por miedo, sino porque le dio mucha impresión verme tan de cerca y con luz natural. Por eso comenzó a correr, porque no sabía ni que decirme.

Corrimos tanto que le perdimos de vista, yo creo que incluso le llegué a adelantar una vez, pero el caso es que yo, y la estupida de la dientes le perdimos.

Yo andaba sin entender lo que ocurria, solo se que le había perdido, no entendía a la dientes porque agitaba tanto los brazos, no oía el motor del coche que iba a toda velocidad hacia mí, no me di cuenta de que un precioso mini gris, se acercaba hacia mi top rosa justo en el momento en que entendí lo que la dientes decia.-CUIDADOOOOOOO.

En el hospital tengo mucho tiempo para pensar, pero no he dejado de pensar en el ni un solo día. ¿Como pudo emocionarse tanto al verme para pisar a fondo el acelerador en vez del freno ?, ¿seguirá mi cara impresa en el capó del coche de mi bancario?. Cada vez que salgo de una operación, mi primer pensamiento es que ya queda menos para salír y volver a verle. Pero claro, han sido muchos los huesos que se rompieron, y ni una sola astilla en un corazón que sigue siendo puro puro.

Lo cierto es que pasaría por mil operaciones mas con tal de volver a ver a mi Bancario frente a mi. Sudaba mucho y trataba de esbozar una sonrisa. La dientes me contó hace unos días que el pobre muchacho va a tener que pedir muchos creditos para pagar no se que de indemnización y que por lo visto pueden meterle en la carcel. Yo no tengo ni idea del lio en el que se habrá metido mi bancario, y de como la Dientes de pronto está tan enterada de los problemas legales por los que mi bancario atraviesa, pero algo malo ha debido de hacer para que tenga tantas deudas.

Cuando se ha sentado a mi lado, yo no he podido decirle nada, entre otras cosas porque ya llevo dos operaciones de mandibula, imagino que el pobre chico no puede sonreir porque se siente verdaderamente culpable de verme en ese estado. He tratado de hablarle con el lenguaje de los enamorados, que es el lenguaje de los ojos, y creo que me ha entendido. Me he esforzado y le he dicho lo siguiente, moviendo los ojos como si escribiera letras en el aire, creo se hace así....Querido y amado mío...no estés triste por lo que me hiciste porque tu y yo sabemos que fue la emoción de verme correr tras de tí lo que te hizo pensar rápidamente y decidier coger el coche para sorprenderme y llevarme a donde yo quisiera, y claro mi amor, estabas tan emocionado que en vez del freno pisaste el acelerador, no te sientas culpable amado mio, los medicos me han dicho que con suerte en un año podre hacer casi una vida normal, y ya estaba bien de tanto trabajar en la administración como para merecerme aquí un descansito.

Ya no he podido seguir hablando mas con el lenguaje ocular porque me he agarrado tal mareo que la tensión me ha subido de golpe. Pero el, se ha levantado como quien ha captado el mensaje y ha salido de la habitación seguido de la dientes.

Ayssss este hombre que sensible que es.

1 comentario:

Anónimo dijo...

UNO DE TOLEDO: Me lo he pasado genial leyendo esta historia y ya estoy esperando la quinta parte