A veces me pregunto como habría sido la vida a su lado?, como sería verle despertarse cada mañana? Como sería verle desayunar, con dolor de cabeza, feliz, triste, como sería recibir una llamada que dijera que llegaría a comer mas tarde? Como sería ir al aeropuerto para recogerle tras un viaje de una semana?, como sería ir a comprar camisas? Como sería cocinar para sus amigos? Contarle como me había ido a mi en el trabajo? Como sería llegar cansado a casa y abrazarse por el hecho de verse nuevamente ese día?
A veces cuando me hago esas preguntas me pongo triste por todo aquello que nunca ha sido, y me digo que quizás la magia esté en eso, en mantener vivo aquello que no fue, quizás a estas alturas alguien se habría metido en medio de nuestra relación y ahora seríamos dos desconocidos. O quizás el amor se hubiera terminado hace dos años y el futuro nos presentaba distintos caminos. Cuando me imagino una despedida así me duele como si fuera la propia realidad lo que vivo, y prefiero pensar en como habría sido la vida a su lado hasta hoy.
A veces pienso que he dejado pasar la vida esperando a nada, y por otro lado me doy cuenta de que mientras he esperado he vivido parte de la vida que había querido vivir, que amar sin ser amado no me ha convertido en un infeliz sino que me ha dado todo el tiempo del mundo para gastarlo conmigo mismo. Para conocer gente, para hacer comparativas y para darme cuenta de que cada vez que comparaba el nuevo pretendiente siempre salía perdiendo, y en la perdida iba mi adiós, sin el dolor de una despedida porque uno solo ama una vez.
Es curioso pero una parte suya vive dentro de mí sin haber estado nunca dentro, no se lo que hace a cada minuto, no se si duerme o esta despierto, si se acuesta con alguien o si se levanta solo a media noche a beber un vaso de agua y sin embargo, dentro de mí esta vivo, puedo imaginarmelo moviéndose, hablando, pensando, durmiendo y haciendo las cosas cotidianas para que de una forma u otra forme parte de mi vida.
Se que me quiere, y eso me sirve y me alimenta, y como nunca me engañó no tengo nada que echarle en cara, así que solo puedo seguir esperando eso, que me quiera, pero me hice mayor, tan mayor que últimamente hago reflexiones sobre las cosas que hice en la vida, y la mejor que hice es la que nunca pude llegar a ofrecer, y era demostrar mi amor. Dentro de mi, somos los mejores amantes, y como conozco su cuerpo se lo que se siente cuando nos besamos, cuando me voy a dormir por las noches y me imagino como sería la vida si esa noche durmiéramos abrazados.
Una noche me llamó por teléfono, era de madrugada, mi madrugada, todo era muy misterioso, me llamo para darme una clave de vuelo, para el fin de semana siguiente encontrarnos en Londres, no pude volver a contactar pero cuando fui al aeropuerto, la clave se convirtió en billete y el billete en un avión que me dejo a unos kilómetros del lugar de reunión. Aquel fin de semana me quiso demostrar todo lo que yo había esperado tanto tiempo y nunca pude regresar porque me desperté justo en el momento en que nos íbamos a la cama. He repasado este sueño cientos de veces, y ahora que ha pasado tanto tiempo de aquel sueño, he llegado a creerme que fue cierto, que sucedió, que nos encontramos un fin de semana y nos hicimos amantes, si alguien me preguntara ahora si he estado en Londres, siempre diría que si, que con él.
A veces creo que es mejor gritarle al mundo que no es una desgracia amar sin ser amado, porque se nos concedió la virtud de soñar y en los sueños todo puede pasar, hasta una vida juntos.
A veces, uno sabe que pasará su vida amando, esperando un triste encuentro para ver como se encuentra, para ver si ha envejecido, si su salud es buena o si está más triste que la ultima vez. A veces eso basta, menos esta mañana que por un segundo, me quise escapar a Londres.
Te quiero, bueno, de eso te encargas tu, yo sencillamente, te amo.
1 comentario:
Bellisímo Javi.
Abrazos Carlos.
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