martes, 22 de julio de 2008

EL BANCARIO DE LA CAIXA.- SEGUNDA PARTE

Yo, ya no quería hablar de el Bancario de la caixa, nunca más me dije, nunca más vuelvo a mencionarte en mi diario personal e instrasferible, y es que, aquel martes yo me levanté a las cinco de la mañana.

Me hice primero un baño con espuma y antes de salir me rocie bien mi piel con aceite johnson, luego me hice un peeling facial, arreglé mi barba, me depilé bien las cejas, usé mi blanqueador dental, quité la mahonesa de mi cabello y no contento con el resultado, volví a darme un baño de espuma y unas gotitas de aceite de almendra sobre el cabello que de tanto peinarlo ya me llegaba ese día a los hombros.

Quité la etiqueta de mi nueva camisa de Prada, y la planché tres veces, llamé al trabajo para decir que llegaría un poco tarde, osea, sobre las once. Limpie los zapatos, re-planché los pantalones y para no alterarme con la polución de la ciudad, fuí en un taxi hacia mi trabajo, eso si, le hice subir todas la ventanillas.

El Taxí me dejó en la cerca de la sucursal, y caminé despacito, respirando hondo, pensé en comprar unos bombones para decirle algo así como,.-Gracias por el detalle de la tarjeta, ohh, no te preocupes por los bombones, si a mi me sobra el dinero, tranquilo,.- pero luego pensé, como voy a decirle una frase así a una persona que sabe exactamente que no tengo un puñetero duro.

-Igual va a pensar que la camisa de Prada es falsa.- Rebusqué en el bolsillo del pantalon y no encontré nada, pero al tocarme la nuca palpé la etiqueta de la camisa, así que la arranqué como pude con la intención de dejarla caída en su mesa, para demostrar su autenticidad.

Nada podía fallar, ese día tenía que salir de allí con una promesa de matrimonio, .- Bueno, así de pronto, lo tendré que pensar.- Pensé para mí cuando mi bancario de la caixa me hiciera la pregunta, pero por temor a que luego se arrepientiera, creo que lo mejor sería decirle que sí directamente, que queria casarme con él.

Entré en aquella sucursal como el que entra por primera vez en una pirámide, seguro de mi mismo, tranquilo, con la sensación de unos labios brillantes y una sonrisa blanca...

Y NO LE VEÍA POR NINGUN SITIO.

Una mujer horrorosa que ocupaba su asiento, me ofreció su sonrisa y me dijo,.-¿Puedo ayudarle Señor?

En un principio iba a contestar que prefería esperar y que me adelantara turno pero es que LA CAIXA estaba totalmente vacía.

Ejem, si, esto, verás...había quedado con tu compañero porque teníamos una cita y me iba a pedir en matrimonio.-Fue mi primera frase que estuvo a punto de salir, pero la realidad fue.- Ejem, creo que teneís una tarjeta para mí, pero igual ni ha llegado.

JOder, la muy puta parecia que la tenia escondida en la braga, y tambíen sabia mi nombre. Allí estaba la muy horrorosa con la tarjeta en la mano.

Salí de aquella sucursal y a puntito estuve de tirar la tarjeta a tomar por el culo, de haber estado vacía lo habría hecho pero creo que aún tenía 40 euros en su interior.

Han pasado los días y los días, y hoy en el trabajo, me acaba de caer un marrón. Mi compañera " la dientes " tiene que ir mañana a la sucursal a sacar dinero y me ha pedido, por favor, por favor, por favor que la acompañe.

Mierda mierda, mañana me tengo que levantar otra vez a las cuatro de la mañana, no puedo llegar tarde al trabajo.

Aysss. Este hombre lo que me hace de sufrir.

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